Los sueños eran cada vez más frecuentes. Pensé que quizá podría ser sólo mi imaginación o tan sólo coincidencias. Creía en esas cosas, pero no de tal forma como para que me pudiesen suceder a mi.
Todo comenzó un jueves, últimamente las cosas no iban muy bien en mi vida personal, siempre había uno que otro problema que resolver, pero a fin de cuentas todo aparentaba ser normal. Sin embargo, aquella tarde me acosté a dormir, sólo sería una pequeña siesta para descansar de un día más de trabajo, el cansancio me invadió, acomodé las sábanas y mis ojos se cerraron tras tomar esa posición cómoda con la que siempre solía dormir.
Pasaron unos cuantos minutos para que sucediera. Me levanté, o por lo menos eso pensé, me sentí extraña, como si algo no estuviese bien conmigo misma, y lo que sucedió a continuación fue mucho más confuso. Trataré de describirlo a continuación:
Estaba ahí, sentada en mi cama, de repente eché un vistazo a la sala, vi todo normal, como se suponía que debía estar, de un momento a otro y sin explicación comencé a gritar –¡ Auxilio! ¡Ayuda! ¡Levántenme por favor! ¡Despiértenme! – Estas súplicas las hice unas 3 veces, si mal no recuerdo. Luego de esto sentí que mis ojos se abren medianamente, pero aún me encontraba acostada, vi que todo el cuarto permanecía normal, sin embargo no podía moverme, se sintió demasiado extraño, demasiado confuso para tratar de explicarlo, pero sabía de cierta forma que estaba pasando. No sentí miedo en ese momento, aunque me pregunté ¿Qué era realmente todo esto y qué significaba que me estuviese sucediendo a mí?, simplemente traté de no pensar más, cerré mis ojos y di media vuelta quedando dormida una vez más.
Me desperté finalmente, no recuerdo cuanto tiempo transcurrió, sólo sé que sentí confusión, una y mil veces recordé esas súplicas. ¿De qué se trataba? ¿Grité en verdad? No sabía responder ninguna de estas preguntas no sabía si se trató de un sueño o si todo lo que ocurrió fue real. Pero podía asegurar que los gritos fueron reales. Los escuché.
Pregunté en casa si alguien había escuchado algo, todos respondieron con negativas. “¡Qué raro!” Pensé. Aún así me sonreí, decidí no darle mucha importancia. “En unos días ya lo habré olvidado” me dije a mi misma.
Más extraño aún fue lo que ocurrió un par de días después. Igual, estaba cansada, quería dormir y tomé la misma posición de siempre, acostada a medio lado, con una sábana encima, algo acurrucada. Había movido la cama de lugar, sólo por estética, nada más. Y sucedió de nuevo, esta vez fue algo más extraño.
Transcurrieron unos minutos antes de que lo empezara a sentir, aquello se desprendió de mí y sentí que floté, tenía los ojos abiertos mientras emergía de mi misma, por decirlo de una forma, me mantuve en posición horizontal y boca abajo mientras dominaba el hecho de poder moverme hacia cualquier dirección. Logré hacerlo, sólo un poco. Lo que fuese que estaba flotando se inclinó diagonalmente saliendo así del borde de la cama. Mi cuerpo acostado estaba consciente y sintiendo todo esto a ojos cerrados, pero veía a través de esa posición elevada, no hubo sensación de miedo, ni temor, ni sobresalto, era como si supiera lo que estaba ocurriendo, pero a la vez no podía explicarlo, no podía explicármelo.
-¿Vas a comer algo?- Escuché a lo lejos a mamá. Por más que quisiera contestarle no pude, estaba “profundamente” dormida, pero mamá abrió la puerta de mi cuarto y me preguntó nuevamente si deseaba comer tocándome el tobillo del pie derecho, en ese momento sentí que baje rápidamente, mejor decir súbitamente. Porque era como si “cayese en mi” y fue cuando reaccioné y le dije a mi madre –Si mami, tengo hambre-. Sonriéndole con los ojos algo pequeños debido al sueño. Al despertarme no pensé inmediatamente en eso ni me puse a meditar acerca de lo que había ocurrido, simplemente seguí todo como si nada hubiese pasado. De hecho suelo meditar ese tipo de cosas cuando estoy sola en mi casa para hacer lo que “desee” y no pueda ser interrumpida por nadie. De otro modo se me dificulta evaluar todos los puntos a favor y en contra y así llegar a conclusiones que considero correctas.
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