Suelo dormir sin ropa la mayoría del tiempo. Vivo en una ciudad donde las temperaturas se mantienen por encima de los 25ºC lo cual es demasiado para mí realmente.
Allí, con los ojos cerrados, intento conciliar el sueño una vez más… Una dosis de adrenalina es inyectada desde la parte alta de mi columna, recorriendo instantáneamente todo mi cuerpo. Mi corazón se acelera súbitamente a unos 120 latidos por minuto, cierro más los ojos y me envuelvo aún más entre las sábanas enroscándome hasta quedar en posición fetal…
Era mi primer fantasma del día...
Así le comencé a llamar a esas repentinas sensaciones que me invadían de vez en cuando cada vez que su recuerdo debido a cualquier detalle ahogaba mi mente y todo mi ser.
Al comienzo, tuve que aprender a convivir con esa sensación ya que era continua y realmente no sabía como había aparecido en mi interior… Bueno, en realidad si sabía bien la causa, pero nunca tuve la intención de comenzar a sentir este tipo de cosas, simplemente comenzó tontamente por mi propia culpa y ya era demasiado tarde para detenerlo, era algo intenso, agudo y fue imposible todo intento por contener algo que sin saber ya había comenzado.
Algunas veces intentaba disipar esas sombras engañándome a mi misma… Me hacía pensar que todo estaba bien, no debía darle importancia a algo que seguramente era pasajero… “Algún día se me pasará” pensaba constantemente mientras regresaban sin previo aviso esos fantasmas a llevarse parte de mi sin poder hacer nada para defenderme.
Todo comenzó cuando quede hipnotizada por esos ojos brillantes en aquella noche de luna llena, no me puedo quejar, todo fue realmente misterioso, mágico, absurdo y extraño al mismo tiempo, tan embriagante como un vaso de agua cuando la sed te consume hasta la última célula de tu cuerpo, realmente era difícil imaginar, más aún, caer en cuenta que algo así estuviese pasando.
No quiero entrar en detalles, reamente no quiero… Recordar tantas cosas puede resultar contraproducente ante en el estado en el que me encuentro, caminando por una cuerda floja sin red de seguridad… Podría caer en cualquier momento al abismo, o despegar usando mis alas para volar al mejor de los cielos, donde está ese ángel que un día me sacó de aquella oscuridad…
Y son esos fantasmas los que me persiguen, y a veces me empujan pretendiendo que choque contra el suelo para morir sin luchar, y siento como ese dolor me invade y me gritan esas voces que no vale la pena seguir, que es mejor rendirse ya, para que sufrir y luchar, si al final nunca nada valdrá la pena en este mundo que nadie valora lo que haces, más aún, en este universo en el cual vivimos en busca de todo cuando no hay nada, cuando todo gira sin sentido para acabar consumido por la oscuridad de las estrellas que agotan su combustible y quedan sumidas en la oscuridad total…
Y si pudiera pedir algo en la vida, sólo sería acabar con esos fantasmas, acabar con esta tormenta incesante dentro de mi interior, recuperar la fe, el valor… la esperanza… Amar.
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